Una vieja silla encontrada en la calle la llevamos al taller al ver que tenía buenas posibilidades de arreglo y transformación.
La estructura general de la silla estaba en buen estado, solo había que sacar los cordeles que estaban apolillados. |
Cambié los tarugos que estaban rotos y encolé las maderas. |
Con unos sargentos afirmé la silla hasta que la cola secara. |
Una vez terminada la parte de carpintería, mi mujercita se dedicó a pintarla. |
Usó pintura acrílica y luego la selló con unas capas de barniz transparente. |
En vez de los cordeles pusimos una cubierta de placa carpintera. |
Con mucha imaginación, utilizó todos los colores del Arcoiris. |
Así quedó la silla, que alegrará alguna pieza de la casa de mi hija Marcela. |
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